Del Sr. Daniel Palermo

[En las misas en que el Padre Tissera, viendo a la Hermana Pelloni presente, la invitaba a acercarse a hablar] Pablo y Marta se deseaban la Paz diciendo ella:- "¡No te murai nunca!"-. El contestaba:- "¡Viva Perón!"-, todo dentro del litúrgico recato...

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En el retiro en Victoria, [en] la foto frente al Santísimo con el mate, se suponía que Pablo nos iba a predicar... Llegó a la primera charla y dijo que nos agradecía que lo [hubiéramos] invitado, porque él necesitaba que lo escucháramos, necesitaba que nosotros lo acompañáramos como hombres adultos en sus complejas tribulaciones, y desembuchó...

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Cuando [mi esposa y yo] perdimos nuestro tercer embarazo, fuimos a tomar unos mates con él (supongo que sería "pava grande"). Desconsolados le contamos nuestro drama, se quedó pensando y simplemente dijo:- "¿Quién será, que se anuncia con tantos hermanitos muertos...?"-. Sin duda nos decía:- "Ya van a ser papás..."-. ¡Y así fue! ¡¡¡Somos papás triplicados!!!

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Raramente Pablo predicaba los días de semana, [pero] ese martes pidió que nos sentáramos. Un hombre de mi edad y nombre -Daniel- recordaba el primer mes del fallecimiento de su mujer, muy joven por cierto. Pablo arrancó contando una pícara historia de su infancia: ellos le "robaban" duraznos al abuelo, quien les decía que sacaran sólo los que estaban maduros. Pablo se preguntaba por qué, si eran de la misma planta, con el mismo sol y la misma agua, maduraban a destiempo.
Entonces le dijo a Daniel:- "Tu mujer estaba madura y la arrancaron siguiendo el consejo del dueño de la planta: arranquen sólo los maduros..."-.

Con todo mi cariño,

                                                                            Daniel Palermo
                                                                            Marzo de 2005