Homilias del Padre Pablo Tissera

Día 05 de Marzo de 1977. Sede Misional Santo Tomás Moro (Bs. As.). Concelebran el Padre Tissera y el Padre Antonio [de apellido desconocido]

Casamiento de Cristina Garcia y Wilmar Arias

 El Sr. Wilmar Arias vivió en la Sede, con otros muchachos, unos cuatro años, y se hizo muy amigo del Padre Tissera.

Padre Tissera:- Wilmar y Cristina. Sus padres, sus padrinos, miembros de esta comunidad de Santo Tomás Moro, vamos a empezar este... doble misterio, esta doble consagración, con Antonio vamos a hacer la consagración del pan y del vino, y Wilmar va a hacer la consagración de Cristina, y Cristina la consagración de Wilmar. Cuando con Antonio tomemos el pan, el pan dejará de ser pan, por la consagración nuestra. Cuando Wilmar tome a Cristina, dejará de ser Cristina; será Cristina de Wilmar. Se transformará. En esposa. El se transformará en esposo. Se hacen. Es una transformación; la consagración, entre otras cosas- es decir, es la "transustanciación"- es decir, deja de ser- la comparación no es exactamente igual, pero- hay un cambio, hay un cambio. No puede darse con más incomodidad. [risitas. Puede que se refiera al poco espacio de la capilla, que en aquel entonces era la sala del chalet] Gracias a Dios que tienen algo que ofrecerle a los novios. [ríe].

Santo Tomás Moro es así: una "posta" en el camino. Nada más. Han venido unos "orientales", bienvenidos, "orientales"- Wilmar es "oriental" y está acompañado de un buen conjunto de "orientales", de aquí nomás del otro lado del charco, de atrás de nuestras espaldas, miren para allá que queda el Uruguay. [risas] [...]

Recemos por ellos. Cómo poder lograr... están dadas las condiciones para que podamos hacer algo íntimo, ¿no? Casi se impone, lo íntimo. La acción de gracias es por ustedes; la misa es una acción de gracias, acción de gracias a sus padres, acción de gracias al Dios vivo, acción de gracias a los amigos, que en tanto número y con tanta incomodidad se han dado cita, yo acción de gracias, Wilmar, porque has querido esta incomodidad de esta casa, donde a su vez pasaste- Wilmar casi estuvo... ¿cuatro, cinco años?- [...] Cuatro años viviendo acá en esta casa... acá hemos dormido, soñado, comido, y pasado hambre, también. Muchos de ustedes nos conocen, así que- yo creo que una comunidad se tiene que ir tejiendo así. Dios nos ha concedido que pueda ser así, en esta intimidad, ¿no? Ya son varios los muchachos de esta casa; también, alguna vez, a algunos de nuestros hermanos que se fueron, también aquí los despedimos, ¿no?, cuando se iban hacia la Casa del Padre. Y así se va tejiendo una comunidad.

Bueno. Ya no es por miedo que llueva, porque creo que ha dejado de llover, sino que... ¿vamos a comenzar, Antonio? ¿Podemos comenzar?-.

Padre Antonio:- Ustedes van a comenzar el sacramento-.

Padre Tissera:- En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, Amén. Quienes tengan la hojita de nuestra misa, en el número uno. En el número uno de nuestra misa decimos las dos antífonas. "Señor, mi corazón te habla, mis ojos te buscan, yo busco tu rostro, Señor, no te ocultes de mí. Acuérdate, Señor, de tu ternura y de tu amor eterno, para que los enemigos no se burlen de nosotros. Dios de Israel, líbranos de todas las angustias".

Amigos: que la gracia del Señor Jesús, que el amor del Padre, y que la comunión del Espíritu Santo esté siempre con todos ustedes-.

Todos:- Y con tu espíritu-.

P. T.:- Pidamos perdón al Señor, nuestro Dios, por nuestras negligencias y visto bajo la luz del amor- del sacramento del amor que vamos a verificar- nuestros pecados contra el amor... Creo que el pecado es pecar contra el amor y nada más; que pidamos perdón en nuestro interior. Por no habernos dado de corazón y de verdad al amigo y a los que están junto a nosotros, Señor, ten piedad de nosotros-.

- Señor, ten piedad de nosotros-

P. T.:- Por no haber sabido ayudar hasta la última instancia con nuestras palabras y con nuestras obras, a quienes viven con nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros-.

- Cristo, ten piedad de nosotros-.

P. T.:- Por la pequeñez de nuestro amor hacia el resto de los hombres que no viven en nuestra tierra, que no hablan nuestro lenguaje, o no comparten nuestras ideas o nuestras creencias, Señor, ten piedad de nosotros-.

- Señor, ten piedad de nosotros-.

P. T.:- Que Dios Todopoderoso tenga misericordia de nosotros, que nos perdone nuestros pecados y nos conceda vida eterna-.

- Amén-.

P. T.:- Oremos… Señor, que nos mandaste a escuchar a tu Hijo muy querido, aliméntanos con tu Palabra para que después de haber purificado nuestra mirada interior gocemos con la visión de tu Gloria. Te lo pedimos por Jesús, tu Hijo, Nuestro Señor, quien siendo Dios, vive y reina contigo y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos, Amén. Tobi y Lilian [de apellidos desconocidos] van a hacer las lecturas-.

Primera lectura. Génesis

 

Tobi:- Esta es la Primera Lectura, sacada del Libro del Génesis. "En aquellos días, el Señor llevó afuera a Abraham, y le dijo:- ´Mira hacia el cielo, y si puedes, cuenta las estrellas´-. Luego añadió:- ´Así será tu descendencia´-. Abrahám creyó en el Señor y esto le fue tenido en cuenta para su justificación. Entonces el Señor le dijo:- ´Yo soy el Señor, que te hice salir de Hur de los Caldeos, para darte en posesión esta tierra´-. - ´Señor mío´- respondió Abraham- ´¿cómo podré estar seguro de que yo la voy a poseer?´-. El Señor le respondió:- ´Tráeme una ternera, una cabra y un carnero. Todos ellos de tres años. Y también una tórtola y un pichón de paloma´-. Abraham trajo todos estos animales. Los partió por la mitad, y puso cada mitad frente a otra. Pero no dividió los pájaros. Cuando las aves de rapiña se abalanzaron sobre los animales muertos, Abraham los espantó. Al ponerse el sol, Abraham cayó en éxtasis, y se apoderó de él un profundo temor. Ese día, el Señor hizo una alianza con Abraham, diciendo:- ´Yo he dado esta tierra a tu descendencia, desde el torrente de Egipto hasta el gran río´-". Es palabra de Dios-.

- Te alabamos, Señor-.
[Salmo responsorial]

 

Segunda lectura. Carta del apóstol San Pablo a los cristianos de Filipo

Lilian:- Bueno, voy a leerles la carta del apóstol San Pablo a los cristianos de Filipo. "Hermanos: sed imitadores míos y observad atentamente a los que siguen el ejemplo que yo os he dado. Porque ya os advertí frecuentemente, y ahora os repito llorando: hay muchos que se portan como enemigos de la cruz de Cristo. Su fin es la perdición. Su Dios es el vientre. Su gloria está en aquello que los cubre de vergüenza. Y no aprecian sino las cosas de la Tierra. En cambio, nosotros somos ciudadanos del Cielo, y esperamos ardientemente que venga de allí como salvador el Señor Jesucristo. El transformará el cuerpo de nuestra humilde condición y lo hará semejante a su cuerpo glorioso, con el poder que tiene para poner todas las cosas bajo su dominio. Por eso, hermanos míos muy queridos, a quienes tanto deseo ver, vosotros, que sois la alegría en mi corona, amados míos, perseverar firmemente en el Señor". Es palabra de Dios-.

- Te alabamos, Señor-.

P. T.:- Le pido al Señor que esté en mis labios y que esté en mi corazón para que, con sencillez y con dignidad, pueda anunciar a ustedes, amigos, el Evangelio del Señor Jesús. Que Jesús esté con ustedes-.

- Y con tu espíritu-.

Lectura del Evangelio según San Lucas

P. T.:- Lectura del Santo Evangelio según San Lucas-.

- Gloria a Ti, Señor-.

P. T.:- "En aquel tiempo, Jesús tomó aparte a Pedro, Juan y Santiago, y subió a la montaña para orar. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto, y sus vestiduras se volvieron de una blancura deslumbrante. En ese momento, se vio a dos hombres que conversaban con él: eran Moisés y Elías. Estaban revestidos de Gloria, y hablaban de la muerte que Jesús iba a padecer en Jerusalén. Pedro y sus compañeros, tenían mucho sueño, pero permanecieron despiertos, y vieron la Gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él. Mientras éstos se alejaban, Pedro dijo a Jesús:- ´Maestro, ¡qué bien que se está aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías´-. El no sabía lo que decía. Mientras hablaba, una nube los cubrió, y al entrar en ella, los discípulos se llenaron de temor. Desde la nube, se oyó una voz que decía: ´Este es mi Hijo, el Elegido. ¡Escúchenlo!´-. Y cuando se oyó la voz, Jesús estaba solo. Los discípulos callaron, y durante todo ese tiempo no contaron a nadie lo que habían visto". Esta es palabra del Señor Jesús-.

- Te alabamos, Señor-.

P. T.:- Le pido al Señor que esté en mis labios y que esté en mi corazón para que, con sencillez y con dignidad, pueda anunciar a ustedes, amigos, el Evangelio del Señor Jesús. Que Jesús esté con ustedes-.

- Y con tu espíritu-.

HOMILIA

P. T.:- "Este es mi Hijo, escúchenlo". Y lo que Jesús dijo es: "Amaos los unos a los otros". Y lo que Jesús dijo es: "Para esto estoy, para esto he venido: para que se amen". Wilmar y Cristina: querrán ustedes cumplir- miren, hoy se cumpliría lo mandado por Jesús, ¿no?-. Jesús dijo: "para esto solo he venido, para esto he nacido, para esto estoy"-. Toda la Redención consiste en ésto; para ésto murió en la cruz, para ésto nació de María, para que ustedes se amen, fíjense. A veces creemos que los Mandamientos de Dios son arduos, cuesta arriba, que- costosísimo, ¿no?, servir a Dios. Y fíjense- yo supongo que no, ¿no, varón? [ríe] ¿No es verdad? Con alma y vida, no te cuesta en absoluto amar a esta mujer. Dios te lo manda. Fijate que para esto vino Jesús. Nada más que para esto solito. No vino para que se edificara la basílica de Luján, ni para que se edificara... Notre Dame de París, ni el Sagrado Corazón del Cerrito, que... ¿no? Y ustedes, uruguayos, ¿no?, ni Tomás Moro, ni nada; no, vino nada más que para que ustedes se amen, y que nosotros nos amemos, ¡nada más! Yo no sé; ustedes aceptan, de cierta forma, fíjense- ¡esto es cumplir hoy, en ustedes, el Mandamiento de Jesús!, ¿no? Públicamente que hicieran, antes de toda ceremonia, antes del sí, antes del no, antes de... ¿Quieren cumplir el mandato de Jesús? ¡Para esto ha venido! ¡Toda la redención se resume en esto! ¡No hay, no hay otra cosa! La forma, sí: ser libre, la vas a consagrar, el pan no se resiste a nosotros, lo vas a consagrar, el pan no se resiste, se entrega, se nos da, el pan... y el vino se ponen en nuestras manos y los consagramos, dócilmente, y se realiza el misterio; esta mujer se pone dócilmente en tus manos. Deja su casa, deja sus costumbres, hasta el apellido, deja, ¿no? Vos te ponés en manos de ella, para que ella te consagre, te transforme. ¡Ya no serán dos sino una sola carne!. Carne, para los griegos y para... carne es persona; es decir, serán una sola persona. ¡Y así se verifica este acto de empobrecimiento, de esta comunión! Ustedes van a comulgar, muchos de nuestros hermanos van a hacer comunión en esta misa, ¡pero esto es comunión!, ¿no? [...] ¡Comunión! ¡Entrar en ella! ¡Darte a ella! ¡Entrar en su alma, en su ser! ¡Traspasarte! ¡Quedarte en él! ¡Quedarte en ella! ¡Quedarse en el otro...! "Quereme en ti", como dice Juan de la Cruz, "como un cabello en el hombro del amado", un cabello que ya no puede ser restituido, que ya no puede ser vuelto. "Me quedé en tí", me olvidé, como quien dice, ¿saben?, éste que es olvidadizo: "Me dejé el saco en tu casa". ¿No? "Y bueno, pero lo puede venir a buscar, puede venir a buscar lo que se dejó". Pero de tal forma, olvidarte en ella que ya... me olvidé, no sé dónde se me quedó. También creo que Juan de la Cruz lo dice: "me quedé, me hice olvidadizo, se me olvidaron todas las cosas". "Me he olvidado de dónde estoy". Vos sabés, nosotros sabemos que vos estás en ella, y que vos estás en él. Esta comunión, este hacerse como niños, Jesús que decía: "Si no se hacen como niños, no van a entrar al reino de los cielos". Hacerse como niño, Wilmar, aprender el lenguaje de ella, las señales de ella, los gestos de ella... Tener avidez, Cristina, de él, ¿no? ¡Como el niño! Vieron qué ávido, para aprender nuestro lenguaje, qué significa esto, qué significa aquello, ¡quiere saber las cosas, el niño, para poder comunicarse con el resto del universo, quiere aprender! "¿Qué es esto?". Nos cansan, nos hartan, ya, por ahí: "¿qué es esto, qué significa aquello?". Bueno, aprendé todo lo de él; ¡aprendelo! Adán conoció a Eva- Sagrada Escritura, Génesis-, Adán conoció a Eva, Eva conoció a Adán. ¡Conocerse! Pero para eso ponerse... Supongo que hay que... hay que entregarse, hay que darse, como con el Santo Cristo, ¿no? Me entrego a El, me doy a El. Bueno, pero ya basta, ahora ustedes, yo voy a ir- ¿vamos, Antonio?- con ellos.

LAS TRES PREGUNTAS PREVIAS AL MATRIMONIO

Hay tres preguntas fundamentales antes del matrimonio. Sobre la libertad, sobre el tiempo y sobre la vida. Libertad: sólo un hombre libre puede consagrarse. Consagrarse es salir de sí, darse al otro. Terminar para sí, darse al otro. Ahora, si uno no es libre, no puede darse a nadie, es decir, porque ya es de alguien. Por eso, y aquí empiezan los misterios, mis queridos: porque sólo ustedes sabrán si dicen la verdad; como nosotros, sólo nosotros sabemos... Ustedes creen; nosotros creemos que ustedes creen, cuando consagramos el pan, y el vino. Todo esto queda en el Misterio. Wilmar, Cristina: sólo Dios, Nuestro Señor, y sus conciencias, saben su verdad. No lo digo co- perdón-, no lo digo como una amenaza sino como una grandeza, qué bárbaro que el hombre pueda fiarse de tal manera, ¿no?, del otro ser, ¿no?. Por eso, Wilmar y Cristina: ¿ustedes dan Fe, delante del Señor, delante de sus amigos, delante de nosotros en cuanto amigos de ustedes y representantes de la Iglesia y de nuestro Obispado, ustedes dan Fe que son libres?

- Sí-.

P. T.:- ¿Y ustedes se comprometen- es la segunda palabra, es la segunda pregunta, acerca del tiempo- a darse tiempo, a esperarse...? Sólo el último suspiro de Cristina te dirá quién es ella; sólo el último suspiro de Wilmar te dirá quién es él. Esperar. Darle tiempo. ¡Es riesgoso, el tiempo! Pero dijeron, [en] nuestro Martín Fierro: "sí trae lecciones el tiempo con sus mudanzas", ¿no? Sólo el tiempo te va a decir exactamente quién es este hombre. Y quién es esta mujer. ¿Prometen esperarse en el tiempo, darse tiempo?

- Sí-.

P. T.:- ¿Y prometen colaborar con la obra creadora de Dios, asumiendo la responsabilidad que les corresponde en la procreación de la vida, y en la educación de los niñitos, de acuerdo a la ley del Señor Jesús, que sean hombres de paz, hombres de bien, hombres para ayudar? ¿Se comprometen a ayudarlo al Señor en la vida?

- Sí-.

P. T.:- Bueno. Entonces... Mis amigos: en nombre del Señor Jesús, del Padre, del Santo Espíritu, de quienes toda vida y todo amor proceden, les pregunto, para su consagración, en nombre de la Iglesia, Wilmar: ¿tú quieres recibir por esposa a Cristina, y prometes serle fiel, tanto en la prosperidad como en la adversidad, en la salud como en la enfermedad, en la pobreza como en la riqueza, en la juventud como en la vejez, amándola y respetándola durante toda la vida tuya?

- Sí, prometo-.

P. T.:- Cristina: ¿tú quieres recibir a Wilmar por esposo, y prometes serle fiel, tanto en la prosperidad como en la adversidad, en la salud como en la enfermedad, en la pobreza como en la riqueza, en la juventud como en la vejez, amándolo y respetándolo durante toda la vida tuya?

- Sí, prometo-.

P. T.:- ¡Pero bueno! ¡Amigos, ya son esposos! Que el Señor bendiga lo que ustedes han querido unir ¡y que ningún hombre separe lo que Dios, Nuestro Señor, ha unido! Antonio...

[El coro tararea "Here, There and Everywhere" de Los Beatles].

BENDICION DE LOS ANILLOS

P. A.:- Bendecir los anillos. En la consagración, un sacerdote quien dice: "este es el sacramento de nuestra fe". Y todos comunicamos: "Te adoramos, Señor". Este es el sacramento. Todo sacramento tiene un signo visible, que son estos dos anillos. En su pequeñez, en el tuyo está el nombre de él. Y en el tuyo está el de ella. Por eso Cristo pudo nacer, porque una mujer le dio el espacio y el tiempo. Y por eso la Virgen pudo ser Madre de Dios, porque Dios la hizo la Madre de su Hijo. Este es el sacramento grande. Por eso cada día ustedes dos anunciarán la llegada del reino de Cristo hasta que El llegue, hasta que El vuelva. Anunciarán el amor, anunciarán la Encarnación; sólo conocemos a Dios y lo podemos amar a partir del momento en que Cristo se hizo hombre. Sólo así ustedes dos, al llevar estos anillos, anunciarán la llegada del Reino [...]. Señor, entonces, bendice estos anillos, que se verán colocados en tus hijos amados que han celebrado el Sacramento del amor para que, como signo visible, anuncien en todas partes que tú eres el Señor de la Fe, de la Esperanza y del Amor. Por Cristo, Nuestro Señor, Amén. Y ahora va a hacer el signo [?] de entrega. [...]

Wilmar:- Cristina, recibe este anillo en señal de amor y fidelidad.

P. A.:- Y le das un beso. Y vos a él, le das su nombre [?].

Cristina:- Wilmar, recibe este anillo en señal de amor y fidelidad.

P. T.:- Es el "matrimonio Arias" [...?], vamos a proseguir la misa con el "matrimonio Arias". Bendito seas, Señor, Dios del Universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad, y ahora te presentamos. El será para nosotros pan de vida.

- Bendito seas por siempre, Señor-.

P. T.:- Que por el misterio de mezclar este vino y esta agua podamos participar en la divinidad de Aquel que se dignó a ser participante de nuestra humanidad: Jesús, Nuestro Señor. Bendito seas, Señor, Dios del Universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad, y ahora te presentamos. El será para nosotros bebida de salvación.

- Bendito seas por siempre, Señor-

P. T.:- En espíritu de humildad y corazón constricto recíbenos, Señor, y este sacrificio que nosotros te ofrecemos llegue a tu presencia de manera que te sea agradable. Lávame, Señor, de mis pecados, y límpiame de mis maldades. Recen, amigos, para que este sacrificio mío, que es nuestro, que también es de ustedes, sea agradable a Dios Padre, Todopoderoso.

- El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su Nombre, para nuestro bien y el de toda su Santa Iglesia.

P. T.:- Recibe, Señor, la ofrenda que te presentamos, implorando tu bendición sobre el sacramento nupcial, a fin de que protejas esta unión, que Tú mismo has instituido. Por Jesús, tu Hijo, Nuestro Señor, quien siendo Dios, vive y reina contigo y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos, Amén.
Amigos: que Jesús esté con todos ustedes.

- Y con tu espíritu-.

[Se da gracias. Se canta el Sanctus. Se consagran el pan y el vino. Se reza el Padrenuestro tomados de las manos]

P. T.:- Es el momento de la liturgia de desearnos la paz. Que sea nuestro regalo de bodas, sincero, yo diría silencioso, desde lo profundo del corazón, ¿no? Que la Paz de Cristo esté con ustedes, Wilmar y Cristina. Que esté con ellos, que esté con todos ustedes, y... ¡besá a tu esposa!

[Comunión]

 PLEGARIA PARA LOS ESPOSOS

P. A.:- Vamos a hacer las dos grandes plegarias que la Iglesia hace sobre el esposo y la esposa. Queridos hijos, ahora caminan juntos. Dicen que San Pablo ponía los pies donde el Señor había dejado su huella; se cuenta de Francisco de Asís, que cuando él recibe los santos estigmas, sus pies se parecían a los pies del Crucificado. Ya no había dos huellas. Era una la huella, era la del Señor. Todos los demás vamos recorriendo ese camino donde el Señor puso sus pies. Querida hija: recibirás la bendición de todas las mujeres santas, de todas las que en el Nuevo y Viejo Testamento fueron anunciando a María, esa esposa original, la Madre de todos los Santos. Y vos vas a recibir la bendición de los Santos patriarcas, la bendición de ese hombre llamado Abraham, que cuando el Señor le dijo que mirara el cielo y mirara las orillas del mar, dijo "así será tu descendencia", como las estrellas del cielo y como las arenas del mar. Las arenas del mar es la tierra, y las estrellas representan a Dios, a donde vamos todos. Y todo esto lo van a caminar unidos así, en la Fe y en la Esperanza, para que así crezca el Amor. Por eso te pedimos:

Mira con bondad a ésta, tu hija amada, que después de haberse unido en matrimonio con su esposo, implora tu santa bendición. Concédele a Cristina el don del amor y de la paz, y la gracia de imitar a aquellas mujeres ejemplares que son alabadas en la Santa Escritura. Que el corazón de su esposo confíe siempre en ella, y reconociéndola como su compañera y coheredera de la vida eterna, la respete él y la ame como Cristo ama a la Iglesia. Que la firmeza de la Fe y el cumplimiento de sus santos Mandamientos los mantenga íntimamente unidos, y haga de ellos un ejemplo para los demás, de manera que, inspirándose en el Evangelio, den a todos un buen testimonio de Cristo. Que Wilmar y Cristina sean padres fecundos y de reconocida virtud; y puedan ver los hijos de sus hijos, y ver a su hogar crecer como el olivo y como la vid, para que así, Señor, sean testigos de tu Reino. A Ti te lo pedimos, Señor, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Ustedes vayan contestando a las tres bendiciones que pedimos por ellos: "Así sea". Dios Padre Eterno los conserve unidos en el amor, y que la paz de Jesucristo esté en el corazón de ustedes y permanezca siempre en el hogar de ustedes- así sea-.

Que ustedes sean benditos en sus hijos, que encuentren ayuda en sus amigos, que vivan en paz con todo el mundo- así sea-.

Que en el mundo ustedes sean testigos del amor de Dios, que los pobres y los afligidos, los menesterosos, los enfermos, los tristes, encuentren en la casa de ustedes pan, abrigo, protección; así ellos los pueden recibir un día cuando lleguen a la casa... a la mansión eterna de Dios- así sea-.

Y que a todos ustedes, amigos: que nos congregamos para asistir a este misterio y a este sacramento, los bendiga el Señor, Nuestro Padre Dios, el Hijo, el Santo Espíritu, que la bendición redunde- hoy ofrezcamos nuestra bendición hacia ellos, ¿no?- que ellos sean bendecidos. No... no es algo mágico; la bendición hay que desearla, ¿no? [sonríe]. Hay que desearla de adentro, ¿no? Y deseársela para otros. Deseémosle, ¿no?, deseémosle a ellos que sean benditos. Benditos. Este es el sentido de la palabra "bendito": que sean bendecidos. Que el Señor los- que la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, descienda sobre todos nosotros, particularmente sobre nuestros amigos, y que permanezca para siempre. Amén.

¡Wilmar y Cristina: que Jesús esté con ustedes!

- Y con tu espíritu-.

P. T.:- ¡Y se pueden ir en paz!

- Demos gracias al Señor-.

P. T. [más que sonriendo]:- ¡Y vivan los novios!-.

- ¡Vivan los novios!-.

P. T.:- Yo no sé si es mejor... este, si los dejan salir en paz [risitas], y como acostumbran que... ¿no?, [sonriendo] seguidos de sus padrinos, y creo que ha parado un poco la lluvia. ¿Está lloviendo? ¡Ah, entonces al patio!-.

Gentileza Flia. Arias-García


Nota: al día de publicación de esta página (Agosto 2006), el matrimonio Arias-García vive en Córdoba y sigue profundamente unido, fiel a Dios y a su Iglesia, dando testim