Al cura Pablo Tissera

AL CURA PABLO TISSERA
Teresita Morán de Valcheff
(Merlo, San Luis, 9 de Febrero de 1999)

¿Que murió el cura Tissera?
¿Que ya no está entre nosotros?
Morir es ir al amor
y él se fue al Amor del Padre,
a la vida verdadera.
Aquí en la Tierra está vivo
en cada sitio que anduvo,
combatiendo al infortunio
con su amor de misionero
y su espada de coraje,
sembrando lluvia de estrellas
para alumbrar en camino,
floreciendo mieles tibias
en los labios ateridos,
escudando al perseguido,
consolando a los ancianos.
Y fue pan para los pobres,
hermano del aborigen,
refugio de los sin techo,
amparo de los enfermos,
de los niños y las madres,
del triste y el solitario.
Prendiendo luz de magnolias
iba su alma generosa,
cada rostro era el de Cristo
por todos crucificado.
Tenía sed de justicia
y con los pies en la Tierra
vivía las utopías
pensando siempre en los otros.
Su palabra era sencilla
pero calaba muy hondo.
Su corazón de cristiano
lo ofrecía en sacrificio
en la misa de la vida,
transformando acerbo cáliz
en vendimias de alegría.
La Comunión en su mesa
sellaba la unión con Cristo
con lazos de eternidad
y profundo compromiso.
Padre Pablo, cura amigo,
se hace sol en la memoria
acordándome del día
cuando por vez primera
estreché su mano en Merlo.
Y aquel otro, en Buenos Aires,
- última vez que lo viera-
al despedirme le envió
sus "saludos a la tierra".
En éste su Merlo amado,
y en su Córdoba natal,
permanece en cada piedra
que trajinaron sus pasos,
en la humildad de las flores,
en el trino de las aves,
en el alma de las sierras
y en el corazón de aquellos
que saben de su martirio,
de su fe y de su esperanza,
de su dolor y su entrega...

¿Quién dice que se murió
el cura Pablo Tissera?
¡Si es antorcha solidaria
en llama de Amor ardida!