Somos Proyecto de Dios

Sin fecha precisa. 199... Retiro espiritual en la Abadía Benedictina del Niño Dios, Victoria, provincia de Entre Ríos, Argentina.
Posiblemente realizada con los Sres. Néstor San Martín, Carlos Ríos, Jorge Llorens, Rodrigo Negro y Roberto Quinteros.

SOMOS PROYECTOS DE DIOS

María, Madre de Jesús, ruega por nosotros. Bueno, aquí estamos, y yo creo que lo primero sería que cada uno ponderara, con sencillez pero con verdad, la libertad que tuvieron para disponer de estas horas y venirse acá; ocupaciones no les faltaban, e importantes. Quizá la más importante está en la familia, y no hay que subestimarla en nada, pero creyeron más oportuno para reforzar posteriormente las tareas, [efectuar] estas separaciones. Por eso les digo que es un gesto de mucha libertad, poder disponer de sí mismo, de romper la rutina y venir. Dejar atrás... muchas cosas, hemos dejado. Que sea también un momento de... ya que nos es tan... caro, digamos, el pagar con tiempo este corte que hemos hecho, esta separación, que sea altamente fructuosa. Y yo creo que el primer y más grande fruto sería descansar, ¿no? Estar en paz un rato.

"Vengan y descansen un ratito", como decía Jesús, y se fue a un lugar solitario. Y buscó un lugar solitario. Porque era tanta la gente que iba y venía, que no le quedaba tiempo "ni para comer", dice... "Era tanta la gente que iba y venía"; junto a nuestras vidas, cuánta gente pasa, más íntimos, menos íntimos, de algunos sabemos sus problemas y de otros no, pero para colmo, como no somos tontos, nos damos cuenta de las cargas que lleva cada uno, y se van quedando dentro de nuestro corazón también las cargas de ellos, ¿no? Y por eso este rato, en este lugar, en donde este grupo de hombres eligió este género de vida, estos tan hijos de la Tierra. Un ratito antes de que empezáramos misa, estaba en la sacristía- no, ya ayer mismo ya había empleado ese ejemplo, pero me gustó la comparación que puso el Padre que decía la misa, cuando dijo: "da más vueltas que un perro para echarse". [Ríe] Se ve, un criollo, muy del campo, se ve que es un hijo del campo; el monasterio no ha matado su espontaneidad natural, lo que él traía en él. "Más vueltas que un perro para echarse". Bueno, y ya entrando... Pero insisto en que lo primero sería el... aunque parezca extraño, el mayor fruto, o lo que mejor podríamos obtener de estas horas, es descansar. Tanto en el sueño como en no dejarnos atormentar por los recuerdos ni las cosas. Estar libres. Encomendarnos a Dios, ¿no? No como quien se desentiende, así, ofensivamente, de las obligaciones y las deja a un lado con desprecio, sino como quien viene haciendo fuerza para empujar un auto, y en un minuto se para, toma una respiración, se escupe las manos para recobrar aliento y fuerza para seguir.

Bueno, el primer tema era... sí, que éramos un proyecto de Dios, ¿no? Que soy un proyecto de Dios. Dios pensó algo conmigo, Dios tiene en vista algo conmigo, como lo tiene con el mundo, como lo tiene con cada uno de los hombres. Tenemos que tomar una actitud mucho más respetuosa respecto de nuestra vida, de nuestro... movernos, darnos vuelta, o dejar de hacer las cosas en orden a esto de que soy un proyecto de Dios, ¿no? Y también la gente que pasa junto a mí; Dios tiene un proyecto respecto de ellos, tiene una finalidad, objetivos con ese hombre. No soy un objeto que estaba ahí a la vera del camino y Dios, viéndome, me levantó, y dijo "bueno...", como a veces nosotros levantamos un trozo de... sobre todo cuando nos ponemos más viejos... Es muy típico de los viejos andar juntando cosas, ¿no?, decir: "esto me puede servir... para mi pequeño taller", o a lo que sea, ¿no?. Juntamos clavos... En mi época, herraduras, veía que los viejos juntaban... “Puede ser útil para algo”. No, no es que Dios me vio, así como decía, a la vera del camino y dijo: "bueno, éste me puede servir para algo", sino que hay un previo designio o plan, o proyecto de parte de Dios, a tal punto que me crea; no soy un "encontrado". No soy un "hallado" por Dios, sino un "inventado", casi podríamos decir. No, algo más que... poder decir, realmente... "inventado" por Dios... Aunque "inventado" viene de "invenire": encontrado. Casi podríamos decir que en el vasto plan de Dios sobre el Universo, El encuentra con que... Se encuentra, por así decirlo, con que yo hago falta. Dios no hace ninguna cosa de más ni de menos; hace lo justo. Si cada uno de ustedes y yo estamos esta noche acá y sus esposas allá, y sus hijos, y sus amigos, es porque todos fuimos considerados que teníamos que vivir, y también nuestro amigo Juancito de Tomás Moro, también- él tiene que vivir-. Y... no solamente es un "inventor" mío, poderoso, enorme, con mucha visión de futuro, sino que es mi Padre; es mi Padre. Sólo como puede un hombre que es padre encontrar... Es decir: salgámonos de nuestra época y pensemos en una mujer que le está haciendo una ropa, como en otra época, para su hijo o para su hija, ¿no? Y que en otra época ha utilizado la rueca o el huso para hacer la tela, y tiene en visión a su hijita que la va a cubrir, o a su hijo, que lo va a vestir, y lo hace con mucha ternura. Así también el Padre Dios, no solamente es poderoso, sabio, inventor, sino que ante todo y por sobre todas las cosas, es dos: es "Señor"- tiene dominio de las cosas-, y segundo, es "papá"- lo hace con mucha ternura; con mucha inteligencia y con mucha ternura porque puede dominar las cosas-. Entonces sigo insistiendo que somos un proyecto, no un proyecto ocasional sino premeditado, premeditado, y cariñosamente meditado- cariño-sa-men-te meditado- por parte de Dios.

Y por otra parte, no hecho mágicamente, sino utilizando los recursos humanos y situaciones de la historia... ¿Cuántas cosas, cierto, podríamos...? No sería perder el tiempo, un momento, ¡irnos!, irnos en el tiempo y recordar, ¡por ejemplo, así, brevemente, cómo estamos esta noche acá, qué extraño! En Entre Ríos, Victoria, a pocos, dos o tres kilómetros del Paraná, en un monasterio, en un monasterio de monjes benedictinos, comenzado por los benedictinos en el cuatrocientos y pico, que era San Benito, después de la era cristiana... Nosotros cristianos, que venimos un poco de más atrás, y hasta llegar a hoy, ¿no? Desde los que llegaron esta tarde y tuvieron que hacer... cobrar la multa, [sonríe] hasta los que nos escapamos, hasta Roberto (1) que vino por Santa Fe, por el túnel... ¡Cuántas cosas!, ¿no?, han pasado para que lleguemos hoy, y si miramos más atrás y vamos haciendo... retrotrayendo, haciendo el camino hacia atrás de nuestra vida, ¡qué cosas extrañas!, ¿no? Cada uno hoy... venía Oscar (2) contando todo... Y me gozaba cuando venía hablando de Jujuy, ¡la quiero tanto! Nos parecía extraño que nos habíamos encontrado, "¿y qué estamos haciendo?", y "¿por qué no seguís siendo [?] trotamundos?". Ha andado por Chile, qué se yo por cuántos lugares... "¿Y qué estás haciendo acá?", cada uno... Ese que anduvo por Canadá, ése por el sur... ¡Qué extraña!, ¿no?, la vida de cada uno. ¿Cómo hemos llegado hasta esta noche? Es decir, yo quería insistir en esto porque Dios nos ha traido, pero no a través de situaciones mágicas; no hemos aparecido de golpe esta noche acá. No; fue una serie de caminos extraños, que en algún momento incluso nos puedan haber parecido muy, muy... absurdos, dolorosos, angustiantes. Más de una vez, más de uno de nosotros pensó que ya era el fin; el fin... psíquico, el fin moral, o el fin... ¡vital! ¿No? En fin, parecía que ya era el último, ¿no? ¡Y acá estamos! ¿No? Nuevamente resucitando, como dijera la Mercedes Sosa (3), ¿no?, la cigarra que sale de la tierra y que sigue cantando. Digo, por una parte, de una forma misteriosa, rica, pero no de una forma mágica, ¿no?, sino poniendo de nuestra par[te]- poniendo, para que llegáramos hasta hoy, la intervención de muchísimas circunstancias, una de ellas muy queridas circunstancias, nuestros padres, nuestros viejos tíos, a partir de cierta edad la esposa que a cada uno les dio a ustedes los hijos... Diversos acompañantes que hemos tenido, o personajes que han intervenido en nuestra vida. Cómo hemos llegado- cómo-hemos-llegado- hoy, acompañados de tantas personas, que por momentos nos han favorecido, por momentos nos han alentado, en otros momentos nos pueden haber hecho mucho daño, y sin embargo sobrevivimos. Y hemos llegado hasta esta noche, y hasta este tiempo de nuestra vida. Por qué extraños, asombrosos, increíbles caminos, por designios de Dios, hemos llegado hasta hoy, ¿no? ¡Qué lindo! Es decir, pensar que nos iba a hacer bien la palabra del monje en la misa de esta tarde, es decir: cuando hemos querido nosotros... las cosas se complicaron cuando hemos querido parar los designios de Dios, lo que era simple y sencillo. Cuando hemos querido meter nuestros elementos nos vimos enredados. Pero por ahora ese pensamiento podría ser para más adelante.

Bien; todo esto es demasiado rico, ese cúmulo de circunstancias que dan vuelta la experiencia [?], es demasiada... ¡confluencia de situaciones tan ricas, tan extrañas, tan tiernas, tan fuertes! Por momentos trágicas, de las cuales he salido o me he escapado, como alzado por una pestaña, para que nuestra vida no tenga un sentido muy profundo. Es decir: me ha traido a través de tantos siglos- porque nuestra vida se empezó a construir en siglos y siglos- llevamos en nuestras espaldas y en más que en nuestras espaldas, en nuestras células, en nuestro inconsciente y nuestro subconsciente traemos el recuerdo de generaciones y generaciones; cada uno ha ido depositando en nosotros riquezas, sus riquezas, sus torpezas, pero todo esto lo traemos, bien, con nosotros. Y decía que todo esto no puede ser para un plan superficial, para una situación que yo no deba vivir intensamente, ¿no? He sido traido para momentos y valoraciones sumamente profundas; extrañamente profundas y ricas.

[Fin de la grabación]

(1) Se refiere al Sr. Roberto Quinteros.
(2) Posiblemente se refiera al Sr. Oscar Cardozo.
(3) En realidad es letra de María Elena Walsh.

 

Gentileza Sr. Roberto Quinteros