Llego la Navidad

AÑO 1 - No. 10 (DICIEMBRE 1981)

¡Llegó la Navidad! Pero... ¿Llegó la Navidad? Si hubo un adviento, si hubo una esperanza, puede haber una Navidad.
Jesús fue esperado, anunciado y buscado. Pueblos y personas lo buscaron. Jesús no puede nacer entre aburridos, hartos, distraídos, aturdidos y estúpidos que no saben qué quieren o los que sólo quieren superficialidades.
Este Jesús que nació en una cueva o establo, sin embargo, no frecuentó ni habló en los palacios donde se consumó la orgía de los disolutos, el festín de los insensatos, la comilona de los vanos.
Navidad es una respuesta. Respuesta y a la vez propuesta.
Respuesta a los que buscan ver y anhelan con ahínco el rostro de Dios. Respuesta a los que tienen hambre y sed de justicia. Respuesta a los que creen que el Señor y Creador del Universo no es tan sólo una idea muy IDEADA e ideal, sino que intuyen que es persona, es ternura, es amor, y puede y quiere ser amigo de los hombres.
Jesús es también una propuesta. Una propuesta de vida. Porque los que hemos hallado al Señor y Creador nuestro, no podemos seguir viviendo como antes.
Lo curioso es que vemos un Jesús envuelto en pañales, nacido en un pueblo apenas conocidos y en un refugio campestre. Es hijo de María la Virgen y de José el Carpintero.
Todo esto no es para poesía, ni para ganar adherentes para los movimientos pacifistas, y menos argumentos irrefutables contra el derroche provocativo de los necios. No, todo eso puede ser sostenido con otras realidades.
Pero Jesús, con su nacer así, nos está PROPONIENDO no otra manera de vivir sino la única forma de vivir. No me refiero a lo material del suceso, sino al mensaje íntegro de simplicidad, de plenitud total en la posesión pacífica y gozosa de los medios que El nos dio: EL HOMBRE, LA MUJER, EL HIJO.
Ya no puedo soportar por vanos a José y María porque Jesús haya nacido en el abandono, miseria y mugre. Es pensar mal de sus padres. Sino que nació en una noble pobreza. Tenían lo elemental y lo necesario. Nada de lo que distrae y marea al necio corazón que se pavonea en poseer. La propuesta es la sencillez. Y la sencillez es la solución para encontrarse con Dios que no falta ni en el laboratorio, ni en la biblioteca, ni en el aula; pero que nace y nos espera como niño y su amigo en el Portal de Belén junto con María y José. Pablo R. Tissera