Sin Titulo

AÑO 1 - No. 4 (JUNIO 1981)

Amigos:
El atentado contra Juan Pablo II, Vicario de Jesús, ha sido como una señal.
El Maestro nos decía: "Sabed leer los signos ó señales de los tiempos".
El desorden, la violencia, no descansan, no tienen una "capacidad creativa".
Nosotros vivimos diciendo: "Estoy harto de hacer el bien" ó "Qué gané con ser honrado" ó "Fui tonto creyendo en el bien, el bien no existe" ó "Cada uno en su casa".
Por otro lado nuestra imaginación para hacer el bien, es estéril. Es común que digamos que "Ya no sé como convencerlo para que vuelva al bien".
Cuando Jesús vuelve por un momento, buscando alivio para esa insoportable agonía de Getsemaní en Pedro, Santiago y Juan, ¡los halla dormidos...! "¿No habéis podido velar una hora conmigo...?".
La violencia que termina derramando sangre como la del justo Abel por parte de Caín, y la otra violencia, la del vituperio, la calumnia, la villanía, el despojo, la estafa, el silencio, la soledad, el desinterés y el olvido, ambas son muy viejas y con un constante dramatismo se repiten hasta el delirio.
Ya es tiempo de servir el vino nuevo, el vino bueno.
Es llegado el momento de ir al Banquete de Bodas a cualquier precio, aunque uno no vea ó renuncie a un montón de comodidades lícitas.
Es tiempo de crear formas nuevas para convivir en paz.
Formas convincentes, sinceras, diferentes, atrevidas diría yo, a cualquier honesto precio que tengamos que pagar.
Ser hombres de la no violencia, no es renunciar, no hacer, dormir, volverme indiferente, arisco, neutro, estéril.
Todo lo contrario, el hombre del amor, el hombre de la no violencia será el hombre fértil, inagotable e incansable, para crear y realizar y ejecutar las formas inauditas, inéditas y riquísimas con las que el amor quiere y puede expresarse.
Por supuesto, cuesta mucho ser así y vivir así.
Creo que en la Plaza de San Pedro el lunes 11 de Mayo de 1981 al medio día, dieron la orden para que comenzara la Revolución del Amor y de la Paz, ¡en nombre de Jesús y con El!.

Pablo R. Tissera