Santo Tomas Moro

El año pasado debimos diferir la festividad entre nosotros.
El hecho de las Malvinas: dolor, estupor, resentimiento. ¡No era clima de fiesta!.
Entre nosotros, en nuestra comunidad, el criterio era unánime: un NO a cualquier género de guerra.
Precisamente en esa ocasión nació otro SERVICIO que [tiene] el militar entre nosotros: servir al SEÑOR y al pueblo mediante una promesa pública de adhesión a la comunidad de Santo Tomás Moro. Léase, porque eso era, servir a la Iglesia. Las promesas fueron hechas en la fiesta de Santo Tomás Moro.
Las situaciones actuales nos apremian a dar respuestas hondas, claras, sostenidas, en este Santo Tomás Moro de 1983.
Prepara a los niños para una comunión con Jesús y con el pueblo. Están empeñadas más de 50 personas en la catequesis. Hay que sostenerlas y aumentarlas.
Otros, alrededor de 15 hombres y mujeres de la comunidad, se preparan en Nuestra Señora de la Paz, en los cursos para dirigentes diocesanos y parroquiales.
Un grupo alentador asiste en San Gabriel a las clases que el Padre Miguel Eggan dicta sobre San Lucas.
A los diferentes seminarios catequísticos, sobre todo Juan XXIII y San Gabriel, concurre un grupo considerable alrededor de 20 chicos y chicas, preparándose para saber: qué creemos y cómo transmitir la Esperanza a los demás. Hay tentativas inéditas entre nosotros de grupos que examinan con honestidad y valentía sus vivencias religiosas. El grupo de muchachos que van a Formosa no sólo no ha cesado, sino que funciona y trabaja.
La emergencia casi de carencia y desorientación por la que atraviesan los barrios ya de siempre castigados, halló una respuesta, cálida y humilde, efectiva y pronta. Continúa. Alrededor de 100 personas se mueven los jueves y antes y después también, para invitar no menos de 400 hermanos, a un almuerzo con calorías y Espíritu. Corresponden a 200 familias a quienes les devolvemos bolsas con alimentos por un valor medio de 75 a 80 pesos argentinos por bolsa.
Las visitadoras sociales, los médicos, enfermeros, profesores de gimnasia agregaron sus especialidades a quienes Dios trajo de largas distancias junto a nosotros.
Comenzaremos a confeccionar acolchados que suplan las mantas y mitiguen un poco el frío de los que viven en toda suerte de precariedad.

P. T.