Palabras del Parroco

AÑO II - No. 16 (NOVIEMBRE 1982)

HERMANOS:
Jesús nos instaba a saber el significado de los tiempos. Esos "tiempos nuevos".
Saber interpretar lo que sucede para saber qué hacer.
Lo demoníaco actual es esa intolerable e ininterrumpida sucesión de hechos. Es una avalancha. Inmensa, hedionda, sangrienta y desconcertante, y para colmo intimidatoria. Porque aparte de no saber el sentido, ni su principio ni fin, y precisamente por eso, engendra, más que miedo, angustia. La angustia nos lleva a la postración, la inercia, la indiferencia.
Y todo esto no es cristiano.
¿Será que no queremos descifrar ni discernir qué nos dicen los tiempos porque le tenemos miedo a la verdad? Podemos tener miedo a la verdad porque a lo mejor nos tomaría con las manos sucias...
O porque si bien no están sucias por "haber hecho cosas", sí lo están por haber recibido beneficios del sistema...
O por no querer perder beneficios de amigos "acomodados" que me han hecho medrar...
O porque temo comenzar una vida austera, limitada, sin las anestesias de bienes efímeros, triviales, que me volvieron superficial y vano.
O porque tengo que confesar mi error y pedir perdón.
JESÚS nos decía: "La verdad os hará libres". El miedo no es precisamente una característica de la verdad. Entonces mentimos cuando gemimos, lloramos, reclamamos un cambio; mentiras, tenemos miedo de cambiar. Por eso tenemos miedo a buscar hondo el sentido y origen y causa de lo que nos está pasando.
Tememos a las conclusiones. Conclusión que no está ni en el insulto ni en el paredón.
Los obispos nos han instado a la RECONCILIACIÓN.
¿Reconciliación con quién?.
Primero con nuestro Dios y Señor, de quien no estamos dando imagen adecuada.
Reconciliación con nuestra condición mediocre, inestable, acomodaticia y llena de miedo; reconozcámonos como somos, para poder cambiar.
Reconciliación con los que han producido el caos. Es menester que todos ellos tomen conciencia del mal que han hecho para que junto con nosotros, todos, podamos decir: ... Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido...

En fin, la verdad nos hará libres; de lo contrario "no conoceremos los signos de los tiempos".

P. Pablo Tissera.